sábado, 2 de octubre de 2010

Last day.


Aún recuerdo cuando la noche "nos dio alas" para olvidar todo lo que me alejaba de tus abrazos.
Pasión desenfrenada en un baño húmedo, lleno de ropa, con olor a humo, y lleno de "te echaba de menos".
Un ventilador poco potente, y mucha ternura en el ambiente.
No se me olvida el cuento de caperucita roja (demasiado roja), ni la luz del amanecer mezclándose
con tu pelo. 
Miradas vacías entre las sombras nos avisaron de que no estábamos tan solos como nuestros
cuerpos deseaban. 
Un chorro de agua fría despierta a cualquiera, pero lo mejor es sentir el tacto de una camiseta mojada 
o de tus manos en mis ojos.
Y para terminar un beso de buenísimos días.

Pero, qué cojones, un penúltimo día así  no lo tiene cualquiera.

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