martes, 23 de abril de 2013

Desapercibido.


¿Te has parado alguna vez a observar la magia que creas cuando ríes? ¿Y las chispas que salen cuando te humedeces los labios?
Me parece que a veces cuando miras, se calientan las flores con el sol, y que cuando caminas despacio las brisas rompen cristales.
¿Lo has pensado? Sí, eso de que cada vez que besas, los manteles se agitan y los periódicos vuelan, la radio se queja y la música se para, y luego suena más alta.
No sé, quizá no te has fijado en cómo cuando hablas la carretera se seca y las parejas de los coches aprovechan para quererse, hasta que cae la noche, asustada por si te apetece comértela entera.

Y si duermes (ahí si que no te das cuenta) las farolas bailan, y la ropa se desploma con cuidado.
Y si despiertas el zumo mana de los naranjos, las almohadas se pelean y los relojes se estropean. 

¿Lo ves ahora?  ¿Nos ves?

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