Hoy, fue una tarde como otra cualquiera con él, pero distinta.
Hoy, me senté encima suyo sin parar de moverme y jugué con su nariz, como siempre.
Hoy, nos comimos a besos y nos dijimos "te quiero" al oído millones de veces, como siempre.
Hoy, le hice cosquillas y fingimos enfadarnos durante unos minutos, como siempre.
Pero hoy, y solo hoy, me dibujó integrales en las piernas, mezclamos el café y el limón
con nuestras lenguas, se apropió de mi piercing con los labios, recordamos nuestra primer cita,
y discutimos sobre las ganas que nos teníamos...
Y todavía se pregunta que si me inspira lo suficiente.