lunes, 1 de febrero de 2010

Time, time, time..


Tic tac. El sonido del reloj era cada vez más desquiciante. Vittoria daba vueltas en su cama sin poder conciliar el sueño. Tic tac. Cinco de la mañana. Los recuerdos no le dejaban dormir, descansar aunque fuera solo por un momento, recapitulaba los pasajes de su vida, su historia, como se había tornado todo de color negro en los últimos meses. ¿De verdad había cambiado tanto en los últimos años? Lo que estaba claro es que ya no era una niña, su larga lista de ligues era casi tan grande como el dolor que ahora sentía por él. Dante. Un dolor que le oprimía el pecho. Desde que aquel chico llegó a su mente todo cambio. Ella cambió. ¿Para bien? ¿Para mal? Que sabía Vittoria, más perdida que nunca, abrazaba la almohada a modo de protección, como si sujetara un escudo contra los problemas. Resistía a sus deseos de llorar, de soltar lágrimas saladas que se fundirían en sus labios. Tic tac. Seis de la mañana. Nunca antes se había sentido tan sola. Vittoria, cuan inocente era el corazón de una adolescente y que fácil era romperlo. Tic tac.


Good times gonna come,
good times gonna come...

No hay comentarios:

Publicar un comentario