La noche gira tan deprisa que es imposible pararse a comprobar si la realidad sigue presente, o por el contrario nos hemos vistos envueltos en una fantasía. Todo da vueltas. Nada es real. Ya ni me puedo refugiar en los campos de fresas. No me mires con esos ojos o me derretiré. ¿Qué es lo que necesitas para lanzarte al vacio? Puede que perder el miedo. No. Creo que lo que necesitamos son unos buenos tequilas.
¡Oh, vamos! Todo lo malo ha pasado ya. Te das cuenta de que ya me atrevo a rozar el éxtasis. Sí.
Una ración muy pequeña de adrenalina en forma de gominola... Preguntaré en mi kiosco más cercano.