Porque llevo descarrilada varios meses, hundiéndome en mi propio fango, con las piernas mojadas hasta las rodillas y un corazón que no arranca.
No mienten cuándo dicen que el camino es más tedioso si cargas con mil maletas de preguntas, o quizá, sólo lo digo yo, no lo sé, ¿y tú?, ¿yo?, ¿alguien lo sabe?
Hacer autostop hacia la autoestima es más duro de lo que creía, y cuando el ánimo me recoge resulta ser un viejo pervertido.